¿Quien te acompaña?

Estoy convencido que el invento más grande en la historia de la humanidad es el avión.

Más allá de la evidente dificultad de ingeniería que representaba tenía un obstáculo más grande. El efecto Aldo colectivo. Todos diciéndole a los hermanos Wright: “Eso no se puede maje”, “Volar es imposible”, “Ustedes están locos”.

En un ejercicio que me gusta hacer en algunas de mis conferencias, pregunto a la audiencia que quien sabe cantar. Nunca he contado más de 5 manos levantadas.

Un par de semanas antes de mi primera conferencia y con este ejercicio en mente fui a recoger a mi hijo de 6 años a la escuela y pregunté en su salón: Niños ¿Quién sabe cantar? Todos levantaron la mano.

Probablemente estés pensando que es porque los niños son más ingenuos, o porque son mas inocentes, o porque no entienden lo que es cantar de verdad.

Probablemente algo de cierto hay en eso, pero estoy seguro que hay algo mucho más poderoso de por medio: Nunca nadie les ha dicho que no saben cantar.

El problema radica es que todas estas advertencias vienen de gente promedio, con vidas promedio y resultados promedio.

Si deseas resultados extraordinarios, debes levantarte por encima del conjunto de creencias de todas estas personas.

Cuando mi padre se pone a darme consejos sobre cómo debo proceder en ciertas cosas, generalmente terminan en “Lo que buscas no se puede”. Habiendo el entendido lo que pienso me basta decirle: “Eso no se puede maje” para que entienda lo que está haciendo.

¿Y que está haciendo?

Está queriendo convencerme de que lo que yo quiero es imposible porque según sus propias creencias no es posible. Pero yo no soy mi padre ni sus creencias, he aprendido a tener mi propia visión.

Y te lo digo: Es fundamental.

No te estoy diciendo que te pelees con tus padres, maestros o amigos. Tienes que aprender a identificar estos patrones para que no se graben en tu subconsciente.

¿Quiénes son las malas compañías?

Familia y amigos que no entienden tus sueños.

Las instituciones educativas que te incitan a tener un buen empleo.

Los padres que te dicen que debes trabajar toda tu vida para tener estabilidad

Los amigos que dicen que los que tienen mucho dinero es por suerte

Los que te dicen que la mejor inversión es comprar una casa a 25 años.

Tus compañeros de trabajo que no entienden que hay más vida más allá de éste.

Todas estas personas no colaboran a tu crecimiento. Te meten dudas, te hacen detenerte, te hacen retrasar tu proceso. “Puedes trabajar mañana, hoy es día de ir al bar”.

Son los que en algunos círculos motivacionales llaman “Asesinos de sueños”.

Tú eres minoría. Ellos son mayoría.

Para ser diferente de todos (los que no son ricos), tú (que serás rico) necesitas una fuerte defensa mental, de lo contrario, te verás infectado de esa toxicidad.

Es importante que te relaciones mucho con personas que tienen tus mismos sueños. Identifica los comentarios tóxicos y defiéndete mentalmente pero sin entrar en conflicto con nadie.

Cuando te relacionas con personas que te alientan a seguir, conseguir tus metas, no darte por vencido, encontrar nuevas formas de ver los problemas, es más fácil avanzar.

Cuando pienses en ganar dinero, las relaciones debes verlas como una batalla. ¿A quien quieres en tu ejército? ¿A tu amigo José que siempre llega tarde, pasa todo el día jugando Playstation y publicando memes o a Juan que pasa todo el día trabajando, leyendo y hablando sobre construcción de negocios y ganar dinero?

¿Puedes contar con ellos? ¿Estás seguro que no van a correr a media batalla? ¿Estás seguro que no dejarán el proyecto a medias?

Si tienes entrañables amigos que no siguen esta mentalidad, familiares a los que quieres mucho, etc. No es cuestión de dejar de frecuentarlos. Solo limítate a no hablar de negocios ni dar opinión sobre sus vidas.

Eventualmente, cuando vean tu progreso, te pedirán ayuda y tendrás tu oportunidad de ayudarlos.

Si tu pareja es una mala compañía, es una cuestión muy complicada.

Imagina que tu quieres renunciar a tu empleo y empezar tu negocio. Ella te dice: “Yo no me casé para esto, para vivir con un haragán(a), ve a trabajar y olvídate de tus sueños”.

No lo dirá con esas palabras, pero es el mensaje.

Acá tienes que tener la fuerza para aceptar algo y hay 3 opciones.

  • Tu pareja acepta tus sueños y se separa de sus ideas.
  • Aceptas los deseos de tu pareja y te alejas de tus sueños
  • Te aferras a tus sueños y te separas de tu pareja.

Esto es como pensar que el deseo de tu pareja es vivir en otro país.

Tu sueño es quedarte en tu país, cerca de tus padres.

O uno de los dos renuncia a su sueño ó se separan. No hay medias tintas.

Y no es culpa de uno u otro, simplemente, son personas diferentes, con mentalidades diferentes y aspiraciones diferentes. No son compatibles.

Si no tienes pareja asegúrate de escoger a alguien que tiene las mismas ideas y mentalidad que tú, de lo contrario la vida de pareja será un martirio.

Si te ha gustado este artículo, no olvides compartirlo en tus redes sociales con un sólo click: