Imaginemos que la pobreza fuera una enfermedad. ¿Cuál creerías que es la causa?
¿Falta de dinero? ¿Falta de educación? ¿Falta de modelos positivos?
Estos terminarían siendo síntomas. La causa verdadera de la pobreza son las decisiones.
Las malas decisiones son la raíz principal de la pobreza.
Si tienes un colesterol muy elevado puedes tomar medicinas o hacer ejercicio.
Si tomas medicina, disfrazas los síntomas, pero no atacas la causa.
Si haces ejercicio atacas la causa.
Si intentas curar tu problema de pobreza atacando síntomas, te sentirás aliviado por un momento, pero no estarás curando la enfermedad.
Si tu carro tiene una fuga de gasolina ¿lo arreglas echándole gasolina o cerrando la fuga?
Si no estás donde quisieras estar el problema son tus decisiones. Tus circunstancias son síntomas y reflejo de tus decisiones.
Las decisiones no son las grandes decisiones con las que te encuentras dos o tres veces cada año.
Todos los días tomas cientos, miles de decisiones.
No puedes decidir perseverar un día. Debes decidirlo decenas de veces en un mismo día, todos los días.
Si no estás satisfecho con tu vida toma la responsabilidad de admitir que tienes y eres lo que tú y sólo tú has decidido.
La gente no decide ser pobre. Toman malas decisiones que los llevan a esa condición.
Toman la decisión de no tener un seguro de vehículo o seguro médico.
Deciden ver televisión o perder el tiempo en Facebook.
Deciden conducir después de haber bebido.
Deciden usar y agotar su línea de crédito en cosas no necesarias.
Deciden abrir un negocio sin evaluar la rentabilidad de éste.
Si vemos el proceso a la riqueza como un viaje de 100,000 kilómetros, y nuestras decisiones son el timón, te darás cuenta que el más mínimo giro al timón aunque sea solo de un grado, en un viaje tan largo, te llevará a un lugar totalmente diferente al que ibas.
Cada decisión, cada una de las miles de decisiones que tomas en un día deben estar enfocadas a acercarte a tu objetivo. Si no te acercas, te alejas.
Entre más joven eres, más impacto tienen sobre tu calidad de vida.
Yo decidí cambiar el rumbo de mi vida a los 36 años. Me tomó años limpiar el desorden que mis años anteriores habían creado.
Si a ti te condenaran a cadena perpetua por asesinato justo después de cumplir 90 años. ¿Como recordarías tu vida al morir?
¿Que pasaría si te condenaran a cadena perpetua a los 20 años?
Cada decisión que tomas tiene un efecto directo sobre el resto de tu vida.
Uno no decide que le pasen cosas.
Tampoco uno no decide ser millonario.
Te conviertes en millonario si todas las decisiones que tomas día a día te conducen a ello.
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