Rieso y Miedo

Aunque a veces nos cueste aceptarlo la razón principal por la que no tomamos un riesgo es miedo.

Miedo al fracaso, miedo al que dirán si no me salen bien las cosas.

El miedo es bueno. EL miedo es una emoción natural que nos advierte de algún riesgo.

El miedo no es más que nuestro cerebro advirtiéndonos de algún peligro.

Me encanta la escena final en Karate Kid 3 en la cuál Daniel-San está paralizado de miedo ante su adversario y se lo hace saber al Sr. Miyagi.

Las palabras de Miyagi han tenido un profundo efecto en toda mi vida: Está bien tener miedo. Lo que no está bien es detenerse ante él. Debes seguir peleando.

Tráiganme a alguien que nunca ha tenido miedo y les diré que lo que me han traído es un mentiroso.

Entonces ¿Como reaccionar ante el miedo?

Con riesgos medidos.

En póker hay un dicho: “Nunca apuestes un dinero que no puedes permitirte perder”.

Si tú vas a tomar un riesgo debes entender que la posibilidad de que las cosas salgan mal existen.

Que las cosas salgan mal es parte del proceso de aprender.

El fracaso es parte del éxito.

Cuando empiezas un negocio ALGO saldrá mal, no significa que has fracasado, significa que debes calibrar, ajustar y seguir adelante.

Cuando tomas un riesgo debes entender que no puedes arriesgar más de lo que puedes perder.

En un par de ocasiones en mi vida he perdido todo porque lo aposté todo. Vendí todo lo que tenía por poner un negocio y este no funcionó como yo esperaba en los primeros meses.

Renuncié a un empleo estable por poner un negocio que no me dio lo que necesitaba. Estaba tomando riesgos sin medir.

Fue hasta que aprendí como se debe tomar un riesgo que aún cuando las cosas salían mal, todo estaba bajo control. Aprenderemos más de esto en el artículo “Condiciones de las primeras inversiones”.

Hay cosas que te puedes permitir perder. Un par de horas de salida con amigos a algún bar a cambio de quedarte trabajando en tu negocio, por ejemplo.

Puedes perderte un partido de futbol o un capítulo de tu serie favorita para hacer algo que te genere un poco más de dinero.

Puedes perder una hora de sueño al día por leer algo que te haga más productivo.

Son solamente ejemplos.

Pero si consideras que estás vendiendo 50 o 60 horas de tu tiempo a cambio de un salario, invertir 10 o 20 horas a la semana en crear tu libertad no es nada.

El pago que puedes recibir por esas 20 horas no se compara a todo el dinero que ganarás como empleado por el resto de tu vida.

Pero debes creértelo. Ya hemos hablado de que si tú no crees en lo que haces no lo harás con el máximo esfuerzo.

Si se puede.

No importa que tan jodido estés, siempre puedes estar en un mejor y en un peor lugar. No depende de lo que quieras, depende de lo que hagas.

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