¿Estas condenado a ser pobre?

Lastimosamente el 62% de la población está condenada a ser pobre por siempre. Esto no es culpa de una maldición ni de un designio divino. Es culpa de nuestra pobre educación financiera y nuestros hábitos de consumo, endeudamiento y ahorro.

La mayoría de latinos creemos que para “tener más dinero” hay que ganar más dinero. Nada más falso que esto. Conozco personas que ganan $600 al mes y que tienen más dinero que algunos que ganan $10,000 al mes.

No es cuestión de cuánto ganas. Es cuestión de cuanto ahorras. Si tú ganas $1,500 al mes y ahorras $1,000 al mes estás en una muchísimo mejor posición que alguien que gana $25,000 al mes y no ahorra nada.

La riqueza y la pobreza son ambos estados mentales. No en el sentido que sean imaginarios, sino en el sentido que tu mentalidad y hábitos definen si serás pobre o rico.

Las características principales de una persona condenada a ser pobre son:

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  • Cree que para ser millonario deberías haber nacido en una familia millonaria
  • Capital disponible = Cheque mensual + límite de tarjeta de crédito
  • Se estudia para pasar, no para aprender
  • Cambia de trabajo a cada oportunidad porque paga un poco más
  • Son fácilmente impresionables y buscan impresionar (ropa, zapatos, marcas, carros, mascotas de raza, relojes, teléfonos etc)
  • Tienen un mal récord crediticio
  • Creen que son pobres por culpa del estado y los políticos (En este país no se puede hacer plata, es imposible)
  • Casas de préstamo y casas de empeño son visitadas frecuentemente.
  • En por lo menos una ocasión no han podido cumplir sus obligaciones crediticias.
  • Culpan a todo el mundo de sus problemas, nunca son ellos los culpables
  • Siempre en el futuro van a estar mejor, cuando les salga otro trabajo, cuando consigan otro cliente, etc
  • Necesitan el cheque de este mes para sobrevivir el siguiente mes. (Cero ahorro)
  • Tienen más deudas que ahorro.
  • Les importa más aparentar que tiene, que tener de verdad.
  • No tienen seguro médico, ni seguro de vehículo, ni seguro de vida, nada.
  • Compran la lotería y van al casino
  • Pasan demasiado tiempo en redes sociales, publicando memes, chistes, viendo y comentando las publicaciones de los demás
  • Aunque su vida sea un desastre les encanta publicar en redes sociales lo maravillosamente bien que les va.
  • Han perdido dinero en oportunidades de “Hágase rico en 6 semanas”
  • Sus amigos y familiares arrugan la cara cuando les piden dinero, o ya no les piden porque ya les deben a todos.

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Si te identificas con alguna de las afirmaciones anteriores debes tener cuidado. Financieramente hablando, no estás muerto, pero si moribundo.

Cualquier imprevisto puede dejarte en ruina total. Perder tu trabajo 3 meses puede significar años de esfuerzo para ponerte al día con multas e intereses moratorios.

Puedes empezar a perder amigos por culpa de las deudas. A distanciarte de familiares y de seres queridos.

Si vives al borde del riesgo, puedes terminar viviendo debajo de un puente.

Si tú te identificas con estos hábitos no hay fortuna que pueda salvarte.

¿Por qué existen personas que ganan 10 millones de dólares en un sorteo y a la vuelta de unos pocos años han perdido todo?

Te recuerdo que el 62% de los latinos vivimos bajo estas premisas y que eso puede sucederle a cualquiera que viva así.

¡Simplemente no respetan el dinero! Actúas como si el dinero fuese un bien permanente, pero es un bien renovable. Sale y entra según tus designios, si tú tienes una fuente de salida más poderosa que la fuente de ingresos serás pobre por siempre y punto.

No significa que si has vivido tu vida así hasta hoy estés perdido. Yo viví mi vida así durante 34 años. Fue hasta que me preocupé por entender cómo funciona el dinero que mi vida cambió, y para eso estás leyendo esto.

Pero tienes que entender que debes gastar menos de lo que ganas. Que acumular dinero es importante para tu libertad financiera, no solo ganar dinero sino saber guardarlo.

Si tú estás esperando una gran herencia y vives así, en cuanto la tengas la tirarás por la alcantarilla en menos de lo que te das cuenta.

El primer paso para superar la condena a la pobreza es reconocer que en este momento estás condenado, y cambiar por algo que funcione mejor.

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